Ágata Cornalina:

Es una gema muy preciada desde la antigüedad, ya sea por su belleza como también por su dureza. En Oriente era usada desde 3.000 años antes de la era cristiana para decoración y en objetos prácticos, como vasos y recipientes. En la Roma antigua se amaba tallar el Ágata de manera tal que se viera un dibujo o una figura reconocible.

La piedra mineral ágata cornalina pertenece al grupo de las calcedonias, y éstas a su vez pertenecen a los cuarzos criptocristalinos. Presenta un bonito color anaranjado-rojizo fruto de la presencia de óxido de hierro que hay en esta preciosa gema.

La piedra ágata cornalina es, en muchas culturas, una de las piedras energéticas más poderosas y estimulantes, por su aporte de energía, vitalidad y motivación.

La llaman la piedra de la fidelidad porque tiene el mismo color de una puesta de Sol que desaparece en el horizonte, pero siempre vuelve.
Con ella conseguirás el equilibrio interno fruto de un aporte de energía positiva, acompañado de una importante recuperación de la ilusión de tu día a día.

Ágata negra:

Una de las piedras más impactantes y enigmáticas del universo de esta roca es sin duda el ágata negra. Su aura de misticismo y su llamativo color hacen que sea una de las variedades más atrayentes del mercado de la joyería.

El ágata negra es una de las variantes más raras de la piedra de ágata. Sus tonos van del negro al marrón oscuro, pasando por el gris.
Es el sellador áurico por excelencia y es ampliamente valorado en el ámbito de la joyería de alta gama por su rareza, simplicidad e indiscutible elegancia.

En el ámbito energético: se asocia con la búsqueda del éxito y la protección de su portador.

En el ámbito ornamental: se utiliza sobre marcos de plata en especial para piezas de joyería fina.

En el ámbito de la sanación: alivio de tensiones y malestares en la parte superior del cuerpo y alrededor de la garganta.

Símbolo inequívoco de protección y vitalidad, la piedra de ágata es considerada la mayor aliada para proteger a su portador no solo de males energéticos externos sino también de malestares físicos y desequilibrios internos. Algunas culturas incluso afirman que esta gema tiene su mayor poder de protección concentrado en elementos estabilizantes internos, por lo que, de alguna manera, se le asume como una herramienta para protegerse de uno mismo.

Ónix:

Según la leyenda esta gema habría sido creada cuando Cupido cortó las uñas a Venus dormida y las esparció por el suelo. Como las partes de una criatura divina no mueren las divinidades las transformaron en piedra preciosa, que luego fue llamada Ónix.

El ónix negro es una de las piedras más populares en el mundo. Pertenece al cuarzo y, para muchos, es considerada una piedra de protección, capaz de absorber de manera efectiva la energía negativa en positiva. De forma general, se cree que puede llegar a ayudar, en gran medida, a prevenir la falta de energía y en el desarrollo, tanto de la fuerza como de la resistencia a nivel mental y físico.

El ónix aplicado a la persona ayuda a disipar las dudas y miedos, aumenta la calma y la paz interior. También se cree que puede curar la ronquera.

Es de resaltar que el ónix u ónice ha sido utilizado por las culturas más diversas con múltiples usos. Y que aunque sea de color negro hay piedras ónix de otros tonos: blanco, marrón, rojo…


Nácar:

El nácar también es conocido como madreperla y es un material muy utilizado en la joyería para realizar piezas sobre todo con plata y oro. El nácar es un elemento orgánico-inorgánico de color normalmente blanco o amarillento que es brillante y tiene reflejos irisados.

Este material se crea en el interior de los caparazones de los moluscos, como las ostras, entre otros. En comparación con las piedras preciosas y los demás metales, este es un material bastante frágil.

Como el resto de materiales que podemos encontrar en la naturaleza, el nácar también presenta irregularidades en su forma. Por ello cada pieza es diferente y tiene un brillo y color distintos, no hay dos iguales.

El nácar es la sustancia con la que se forman las perlas. Cuando un elemento extraño se introduce dentro de un molusco, éste procede a recubrirlo por una sustancia que crea él mismo, el nácar. El molusco lo va forrando por medio de capas superpuestas hasta que forma la perla.
Hay diferentes variedades de nácar dependiendo del tipo de concha o moluscos donde se forme. El color de base es normalmente blanco, excepto el Nácar Tahitiano que es más oscuro.

Un caso muy particular lo encontramos en el nácar creado por las conchas neozelandesas Paua, que tienen una espectacular tonalidad azul verdosa intensa y unos increíbles reflejos irisados, teniendo un gran parecido al Ópalo negro, por lo que se las ha llamado también Ópalos del Mar.

Historia del Nácar: El Nácar ha sido usado desde hace siglos por las culturas de oriente, sobre todo en China y Japón, mucho antes de la era cristiana. Los utilizaban para crear esculturas, decorar objetos, muebles e incluso fabricar botones.
El nácar se unió al mundo de la joyería con el reinado de la reina Elizabeth I, en el siglo XVI, lo que provocó que la demanda de esta sustancia creciera de forma extraordinaria. Fue precisamente la reina Elizabeth I de Inglaterra, quien en el siglo XVI dio el nombre de “Mother of Pearl” al Nácar.


Piedra Volcánica:

Las piedras volcánicas son piedras que se forman por el enfriamiento de la lava, tras las erupciones de los volcanes. El enfriamiento rápido de la lava al llegar a la superficie terrestre o al entrar en contacto con agua, hace que se  formen muchos poros en la estructura de la roca. Algunas veces este cambio de temperatura repentino hace que se formen otros cristales o a minerales semipreciosos como la obsidiana.

En ocasiones, este enfriamiento hace que se formen también rocas compuestas en su totalidad por vidrio, convirtiéndose así en un material inalterable. Se estima que durante la era terciaria se ha generado una media anual de 3,8 a 4,2 kilómetros cúbicos de rocas volcánicas en la Tierra. Actualmente esta piedra se emplea para numerosos usos turísticos,  así como para la elaboración de anillos, pulseras y pendientes.
Las joyas que están hechas con piedras volcánicas, suelen encerrar una gran energía mística y tienen una coloración negra o color pardo. Estas, tienden a combinarse con otros materiales como la plata, el acero o con otras piedras preciosas. Además, estas piedras pueden presentarse en dos versiones, en su estado natural, con un aspecto poroso e irregular o pasándola por un proceso de pulido, lo que da como resultado una textura lisa brillante.